Lean esta historia ocurrida en un pueblo de España basada en hechos reales.
"Corría el año 1963, yo contaba con 7 años recién cumplidos, acababa de terminar de comer y me fui -como decíamos-, "a la escuela de por la tarde". Llegando al colegio me encontré con el médico del pueblo caído en el suelo, por lo que decidí ir a socorrerle; en esto llegó la señora que trabajaba en la casa, y me vio intentando levantarle. Ella, asustada, le preguntó que qué le ocurría. A lo cual no contestó, y entonces dijo una chica que andaba por allí, que respondía al nombre de Esperanza: ¡qué trompa lleva Don Antonio!
Empezó a llegar más gente al oír el revuelo y, según iban preguntado por lo sucedido yo respondía con la inocencia de un niño: ¡Don Antonio se ha desmayado porque está más borracho que una cuba!, difundiéndose mis palabras como la espuma, debido a que era una especie de hora punta en el pueblo.
Unos minutos más tarde, entramos en fila con Don Florencio, el maestro. Para mi sorpresa, se presentó la esposa del médico en clase para preguntarle: ¿Quién ha sido el niñato que ha dicho que mi esposo, el médico del pueblo, estaba "más borracho que una cuba"? El maestro preguntó que quién había sido aquel que había dicho semejante bulo (y eso que lo habíamos visto más de 200 alumnos de la escuela). Mis compañeros me señalaron como el responsable; seguidamente, mi querido maestro me dijo: ¿Has sido tú el que ha dicho tal infamia? A lo que respondí:"Yo no he dicho ninguna infamia, he dicho la verdad de lo que he visto". Antes de terminar de hablar, me cayó, literalmente, la del pulpo. Y así es como me pasé una tarde entera, desde las 3:30 hasta las 8 de la tarde, de rodillas, con los brazos en cruz y con media docena de libros sobre mis manos.
Leyendo esta historia extraemos una conclusión clarísima, trasladable al ámbito político, publicitario, empresarial o de comunicación. Todo el mundo en el pueblo sabía que Don Antonio, el médico, era un borracho, pero a nadie le interesaba decir la verdad, porque podían perder favores o que se negara a atenderlos. Salió perdiendo el niño, que no tenía ningún interés en ocultar lo sucedido, pero sí descubrió el precio de decir la verdad.
Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en las manipulaciones y en la información, están subordinados a los enormes intereses del poder y no a los intereses de los lectores. "El que paga manda". Existen personas que ven la realidad y no la dicen, otras que se dejan engañar porque les conviene, otras que son engañadas por falta de conocimientos y otras -muy pocas- que se atreven a contar la verdad pese a quien le pese.
En este país, sin ir más lejos, cada día nos la cuelan por la escuadra. Se intenta maquillar la realidad cambiando los términos a las palabras, para que parezcan menos importantes. Pero no señores: un investigado es un imputado, un encausado es un acusado y la palabra presunto va claramente en contra del sentido común. Pero ¿a quién le viene de perlas estos términos? Se admiten apuestas. Cualquiera que tenga millones en un paraíso fiscal y no justifique al instante de dónde viene el dinero no es inocente, es culpable hasta que no se demuestre lo contrario.
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Espero que este post lo comente también David Sellés, que es de los que no se callan.
ResponderEliminarEn efecto, decir la verdad no es negocio. La mentira sí lo es, y además se paga como haga falta.
Pero hay mucho más: decir algunas verdades es incluso peligroso. Y ese peligro puede llevar a que te quiten de en medio.
El extrabajador de la CIA, Edward Snowden, que reveló los espionajes de la misma tiene que vivir oculto para que no lo maten. Lo mismo le ocurre a Julian Assange, director de Wikileaks.
Pero no hace falta salir de España para encontrar cientos de casos equivalentes: absolutamente todo el mundo medianamente informado conocía desde hace décadas los robos, digamos, "del 3%".
Si alguien quiere conocer la verdad de algo no puede recurrir a los medios pagados por los delincuentes; ¡los han creado y los mantienen para eso!
¿Cómo conocer pues la verdad sobre algún asunto? No desde luego desde los medios de información, sino de los medios de CONTRAINFORMACIÓN. No son de masas, no tienen tantos recursos, no es fácil encontrarlos... pero eran y siguen siendo la única opción.
No es una cuestión ética. Es una cuestión de supervivencia. La mentira manda y lo más fácil es acomodarse a ella. Después de tantos siglos sigue valiendo aquello de "pan y circo". Incluso ahora se está experimentando con la eliminación del primer término del binomio clásico: seguramente basta con el circo.
No Te asombre de Ver que La verdad es Tremendamente atacada....
ResponderEliminarLa verdad no ha sido, ...no es...y nunca sera popular!!!
* a los profetas los mataron por decir la verdad!!!!
* a los apóstoles los mataron por decir la verdad!!!!
* a Juan Bautista lo mataron, por decir la verdad
* a Jesús lo crucificaron, por decir la verdad
* este mundo persigue por decir La verdad!!!!
* y yo digo, que en medio de tanta critica y tanto ataque, seguiré predicando La verdad!!!!
El hecho está a la vista de todos. Basta leer la prensa diaria, oír los informativos de la radio o de la tele, las tertulias de todo color y de todo pelaje. No hay que demostrarlo. Lo sabemos de sobra. Nadie, creo yo, lo va a poner en duda.
ResponderEliminarPero lo más preocupante no es el hecho de vivir engañados. Lo peor de todo es que se nos engaña en cosas muy graves. Y además la política del engaño y la mentira va en aumento a una velocidad de vértigo. Sin que nos demos cuenta, cada día tenemos menos derechos, ganamos menos, vivimos más inseguros, la sanidad funciona peor, la educación es más deficiente, nadie sabe a ciencia cierta cómo va a vivir el mes que viene.... Y encima de lo dicho, se nos asegura que esto es lo que más necesita España, lo que nos conviene a todos.
"El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen como verdades, que el crimen parezca respetable y para darle consistencia a lo que es puro viento”. Son palabras del escritor y periodista George Orwell, que en su ensayo La política y la lengua inglesa (1946) las hacía extensivas “a todos los partidos políticos, desde los conservadores a los anarquistas”
ResponderEliminarÁlvaro eres MUY GRANDE.
Como siempre, tu razonamiento está lleno de verdad. La junticia que es lenta, no es justicia. Creo que la verdad se ha borrado del diccionario político "Algunos" pueden ir a la carcel pero, ¿el dinero quién lo devuelve? Yo no recuerdo desde las grandes corrupciones de la epoca del PSOE de Felipe Gonzalez, no tenemos noticias de ninguna devolución. Ahora falta ver si las corrupciones de Pujoles o del PP devuelven algo. ¡Yo, lo dudo!
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