
Para dejar de ser un mero espectador y empezar a ser actor de nuestra propia existencia, debemos empezar por escribir el guion de nuestra vida y no dejar que sean otros los que nos lo escriban. El protagonista de tu vida eres tú, con tus virtudes, defectos, aciertos o errores, y no el famoso de turno que te quiere meter la televisión en el cerebro para que hables, te vistas y actúes como él o ella. Has venido a este mundo para vivir tu vida, no la de otro, por lo tanto, debes aceptar que eres el responsable de tus actos y de tus decisiones, solo así podrás conseguir tus propósitos, no el de los demás.